jueves, 9 de agosto de 2012

El sol ha entrado en mi desván...

Hasta ayer  no he sabido ver la oscuridad en la que he estado viviendo en los últimos tiempos, mi desván sumido en sombras, mínimos retazos de luz que se colaban por las persianas que yo había cerrado inconscientemente.
Cuando algo o alguien nos hace daño, lo siguiente es protegernos, cerrarnos a la luz del sol para  que no  nos queme.

Hace casi dos años después de una relación absurda y dolorosa en la cual me sentí minusvalorada, menospreciada y en la que mi autoestima sufrió muchísimo, levante mil barreras a mi alrededor con el objetivo de no sufrir más, lo que yo había criticado en la persona que me dañó lo estaba haciendo yo, negarme la felicidad y sobre todo castrar mi capacidad de sentir.

Me sentía culpable de algo, aunque no sabia muy bien de qué, todas las creencias que me han movido siempre pasaron a ser absurdas tonterías que a lo único que me habían llevado era a sufrir y a negarme la felicidad a la que todos tenemos derecho. Yo que me conozco la teoría mejor que nadie no me la podía aplicar. Una losa inmensa me pesaba dentro.

Pero probablemente porque lo que va contra la naturaleza de cada uno al fin  muere y no tiene fuerza, y si eres luz, la oscuridad no puede contigo, el Universo te envía ayuda en las formas más insospechadas.

!Que pereza¡ es mi expresión favorita de los últimos tiempos, y es verdad me daba todo una pereza... a mí que soy pura energía....

Pero no, cuando los hados se confabulan a tu favor, por más que te niegues, al final el sol entra en tu desván y la pereza se diluye como la niebla en un día de sol.

En el mio ha entrado con una fuerza increíble, me ha hecho levantar las persianas y recuperar mi esencia de mujer, esa que se había mutilado voluntariamente después de sufrir los embites de una relación destructora y carente de sentimiento.

Hoy me siento feliz, recuerdo cada uno de los minutos que hemos pasado juntos y la sonrisa no desaparece de mi cara, creo que eres un ángel caido del cielo para devolverme mi capacidad de sentir, para seguir creyendo en el género humano.

Ni el pasado ni el futuro me importan en este momento, solo el AQUI Y AHORA, porque me he curado y vuelvo a ser la MIMI de siempre, por todo esto GRACIAS MI NIÑO.... ;-)