lunes, 3 de octubre de 2011

He tocado tu alma con mis dedos...

No es el título de una canción de Alejandro Sanz..... es una experiencia. Un día conoces a alguien, inicias un camino, una relación,  no sabes donde va a ir a parar. Esa otra persona tiene su identidad, su vida, su mochila donde lleva todo su equipaje. La mochila a todos nos pesa, en especial cuando tienes unos años y un recorrido en la vida. Solo que algunos la vaciamos de vez en cuando. Soltamos lastre, dejamos peso, no merece la pena cargar con lo que ya no vale y te hace infeliz.
Si la mochila va muy llena no dejas que nadie meta la nariz en ella, es tu mochila, es tu mierda, tú te lo guisas...tú te lo comes.... te come ella a ti.
El amor con ese peso en la espalda es complicado. Puede intentarse pero seguro que a mitad del camino las mochilas se hacen insoportables. Quieres soltar, pero no sabes, es más fácil aferrarse al sufrimiento. 

No vale de nada, cuando el peso es grande quiebra la espalda, salir corriendo es la única solución.
Yo me enamoré de una mochila con patas, tenía un alma escondida en el fondo, la acaricié.
He sido la única que ha tocado tu alma con los dedos...  y tú lo sabes...me siento afortunada por ello.
Hoy me vacío, dejo mi mochila libre para nuevas experiencias, nuevas almas a las que acariciar.