lunes, 10 de octubre de 2011

Un sueño...

Anoche soñé, supongo que es algo común, que todo el mundo sueña, incluso yo. Pero anoche soñé y hoy por la mañana al despertarme he recordado mi sueño, algo extraño en mi pues nunca me acuerdo.

Estaba en la puerta de un edificio feo y sordido, una cárcel, me encontraba allí esperando a alguien junto con una amiga que me hacía compañia. Hacia sol y buena temperatura, llevaba un vestido color beige de encaje. Mi piel todavia doradada por el verano resaltaba en él, me sentia bella y llena de vitalidad. Le pregunté a mi amiga que haciamos allí y ella me contestó, -Tú espera- 

De la fachada del edificio gris y descuidado emergía una energía triste y fea. Miles de ojos malignos escondidos trás los barrotes nos vigiliban expectantes.Sentí como un frio helado recorría mi espina dorsal.

Se oyó un sonido metálico en la lejania, cerrojos se corrían, y abrian  maderas pesadas que  daban paso a la luz. Y allí en la puerta apareciste tú. Salias de tu carcel. Tu aspecto era desastroso, los ojos cansados, delgado, tu ropa arrugada, tus labios finos y resecos, las mejillas hundidas, cabellos descuidados demasiado largos. Tú, el eterno galán, siempre pulcro y aseado. No te pude reconocer, yo no sabía que hacia allí y cuando te ví lo entendí.
Te dirijiste hacia mi y me miraste fijamente a los ojos, te sostuve la mirada preguntandote porqué estabas allí. Miré a mi amiga esperando que  me diera una respuesta, y ella tan solo dijo, - Os dejo solos -.

Se alejó y nos quedamos tú y yo con los brazos caidos, sumidos en un profundo silencio, recordando dolor,  recordando amor, tan solo recordando. Mis lagrimas caian en silencio rodando por mis mejillas y tú parado delante de mi  me mirabas con los ojos muy abiertos, como si jamás me hubieses visto, como si fuese una aparición.

Preguntaste -¿Que haces aqui?,

Contesté - Esperandote

Nos volvimos a mirar, me dijiste - Nuestro tiempo ya pasó -

Te dije, -Lo sé, pero quedan puertas por cerrar para poder seguir viviendo en paz. Quedan lagrimas en mi corazón que salen cuando no deben, queda dolor que echar fuera para que no se pudra dentro, y todo esto contigo en la carcel no lo podía hacer sola.

- Ya he salido- , me dijiste

- Es lo que estaba esperando -, contesté.

- Hablemos entonces, hoy empieza mi nueva vida, yo también necesito paz.

- Ha llegado elmomento, estoy lista.

Nos dirijimos caminando por un sendero lleno de árboles con hojas marrones en el suelo, era otoño como ahora.

No sé lo que hablamos, pero cuando hoy me desperté tan solo sentía mi corazón lleno de PAZ, una paz maravillosa como hacía mucho que no sentía.